2/10/07

Ayudas papales

Estábamos los madridistas acostumbrados a ser acusados, entre otras cosas, de ser el equipo del régimen (da igual que régimen), de estar permanentemente ayudado por el colectivo arbitral (lo ocurrido con la liga robada en Tenerife, fue un error arbitral, por cierto el C.D. Tenerife, lleva un encantador camino hacia la 2ºB, antesala de su desaparición), y de unas cuantas tonterías más, cuando gracias a Don Bernardo Schuster hemos sabido que somos el equipo de Dios, por intercesión de Benedicto XVI, antes Ratzinger. Algo sospechabamos del hecho de que la talar vestidura papal fuera inmaculadamente blanca, y que la segunda vestimenta hubiera tomado el negro curial era definitivamente indicativo. Somos el equipo elegido y por tanto deben apartarse de nuestro camino toda suerte de filisteos o cananeos que se atrevan a oponerse a los desiginios de ÉL. Sólo así puede explicarse que siendo tan malos, jugando tan pésimamente, vayamos los primeros mientras que el Getafe, equipo que juega primorosamente, vaya de los últimos , sin ganar un sólo partido.
Parece ser que a la prensa de la villa y corte, lo que más le motiva es hacer leña del tronco merengue. Este año es porque tenemos suerte, el año pasado se ganaba sin jugar bien, los galácticos eran la suma de figuras sin constituir un equipo. Incluso el equipo que mejor fútbol ha practicado en España, y puede que en Europa, en los últimos veinte años, dream team incluido, el que se organizó en torno a la quinta del buitre fue siempre objeto de críticas por no ganar cuatro o cinco copas de Europa. Es el sino de los elegidos.
Pero vamos a lo que importa, vamos los primeros aunque es verdad que el equipo está por construir aún. Cuando el Barça trajo a Rijkaard tuvieron la paciencia de esperar un año, y fueron capaces de construir un gran equipo, es de esperar que en la Casablanca hayan tomado buena nota, y aunque este año no ganemos nada, algo que me parece más que posible, dejen trabajar al equipo técnico. Para escándalo de madridistas poco entendidos en fútbol, mi favorito para la Liga de esta año es el Barça, fundamentalmente porque tiene el jugador más desequilibrante que ahora mismo hay en el panorama futbolístico mundial Leo Messi, solo los egos de Ronaldinho y Eto'o pueden enturbiar el panorama, eso sí pueden hacer mucho daño, ya lo hicieron el año pasado, y Laporta hubiera hecho bien deshaciéndose, al menos de uno de ellos. En cuanto a los colchoneros tienen un equipo más que decente para navegar sin problemas por la parte alta de la tabla, en su contra tienen que están en manos de una familia de cuasi delincuentes, y que tienen con diferencia la afición más patatera y menos motivadora del mundo, todavía se debe recordar el patético 0-6 del Barça la temporada pasada. En cuanto al Sevilla creo que, desgracias a parte, puede pagar el haber comenzado la temporada hiperacelerados, además de que la lógica desmotivación de Alves también tendrá su importancia. Creo que junto a Valencia y Villarreal entre estos equipos se va a jugar el campeonato.

1 comentario:

AF dijo...

Muy puesto en razón, Javi. Yo añadiría que lo del Sevilla no puede ser cansancio post-comienzo de Liga, porque eso puede asumirse cuando van quince o veinte partidos, pero no ahora.

En cuanto al Madrid, escrito queda en las paredes del Templo: "Habrás de ganar la Liga con el sudor de tu frente", maldición bíblica que a Guti le parece de pésimo gusto, como le habría parecido también a su alma gemela en el tiempo, don Manuel Velázquez Villaverde.

Schuster sabe que esa inscripción es palabra sagrada, y que sólo haciéndola suya puede arrinconar la maldición bíblica que quedó también escrita en las paredes del templo de la Castellana: "Manel, Tecel, Farés". O lo que es lo mismo: "Sólo persistiendo tozudamente en cumplir las instrucciones de un entrenador inteligente, podréis ver la luz de la Liga y de la Champions refulgir, cual Santo Grial, en vuestra alma".

Aquella inscripción sanguinolenta no se borraba de las paredes de La Odiada Nínive, hicieran lo que hicieran los desdichados habitantes de la ciudad. Tan sólo con la penitencia severa se puede borrar la maldición.

¡A currar, desgraciaos!