12/11/07

Para ser feliz

En la anterior Entrada, don Antonio se hace una atinada reflexión sobre la felicidad de Robinho , y su rendimiento como futbolero. Parece ser que los brasileros solo meten goles si antes se lo han pasado bien, y en lo de pasárselo bien, tiene mucho que ver el meter otras cosas, a juzgar por el notable número de camisinhas que el astro madridista requirió en la última fiesta con la que los cariocas celebraron su triunfo ante la selección de Ecuador. Ya Romario, harto ,en su etapa en el Valencia C.F., de que todo el mundo le echara en cara su vida nocturna, manifestó que: "Si no salgo de noche, no meto goles". La correlación puede parecer una estupidez, y objetivamente, lo es, pero funcionar funciona: Los brasileños cuanto más follan mejor juegan. Yo debo tener algo de brasileño, y siempre fui un mediocre jugador de fútbol, por más que técnicamente fuera más que aceptable, nunca conseguía jugar un partido completo, y cuando lo conseguí, a una edad en la que hoy sería considerado un fósil, ya había abandonado casi por completo la práctica del fútbol. Poco debe practicar tan beneficioso ejercicio Ronaldinho, a pesar de estar en la misma fiesta que Robinho, pues no sólo está jugando al fútbol de una manera mediocre, sino que ademas el rictus de su gesto es propio de aquellos que practican poco el noble arte del intercambio de fluidos.
Vimos ayer en Chamartín a un Madrid alegre y ganador jugar con un no menos ambicioso Mallorca, y del partido de ayer se pueden sacar dos conclusiones positivas: La primera es el evidente cambio de la filosofia del juego en relación a la era Capello y la segunda es que se apreció un positivo cambio de actitud del árbitro, en relación a arbitrajes anteriores, interpretando dos jugadas, que yo ni siquiera calificaría como dudosas, como se deben interpretar cuando uno de los equipos es el Madrid. Los periodistas ansiosos por el escándalo quieren ver un penal donde Heinze no hace sino acompañar con la mano la trayectoria del balón, sin modificarla en absoluto, también se inventan un fuera de juego, a todas luces inexistente, en el segundo gol del Madrid, cuando todos podemos ver que cuando Robinho inicia su carrera está en posición legal, legalidad que no puede eliminar un casi imperceptible toque de Raul. De todas maneras como no existe arbitraje perfecto, el colegiado hurtó al equipo blanco la más que posible obtención de un merecido quinto gol, al decretar el final del partido cuando se gestaba un contrataque blanco con superioridad numérica. Una jorda estama última como para ser feliz

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