España, un poco peor que de costumbre (ya quisieran los demás)

España no ha jugado hoy bien. Bueno, aclaremos: casi cualquier selección del mundo querría haber jugado como ha jugado España, pero no se puede decir que haya jugado bien. Ha defendido peor que otras veces (los rusos han podido encadenar no menos de cuatro o cinco triples muy sueltecitos) y, sobre todo, ha estado bastante despistada en ataque. Afortunadamente, Calderón ha mantenido la cabeza fría y se ha encargado de ir encarrilando el partido cuando ha hecho falta. Como decía en la entrevista que le hicieron en La Sexta al final del partido, la diferencia entre España y otras selecciones es que la nuestra no sufre apenas con las rotaciones, mientras que las demás llegan a pasarlas canutas dependiendo de quien se siente. En el caso de Rusia, admira ver cómo un hombre como Holden aguanta casi los cuarenta minutos jugando y haciéndolo a un ritmo endiablado. Kirilenko también se ha podido sentar muy poquito (sus cuatro personales lo dicen todo).

Y sin embargo, Rusia podría haber ganado a España hoy. Posiblemente haya sido la selección que más cerca ha estado de hacerlo por méritos propios (exceptuando lo de Croacia que, sinceramente, lo considero un accidente irrelevante). Sólo el desacierto en los tiros de tres de Khryapa (cinco seguidos fallados) después de una buena racha anotadora (tres triples) ya suman por si solos más que la diferencia que España ha obtenido al final del partido. Haber metido tres de los cinco fallados (tiros claros, la mayoría) habría supuesto dejar la diferencia en tres raquíticos puntos.

En cualquier caso, ahí están los resultados. Israel no debería ser capaz de entorpecer la llegada de España a esta primera meta en primera posición. Y si es así, las cosas pueden ser coser y cantar hasta la final. Y en ella probablemente se las vuelvan a ver con Rusia.