25/7/07

No me siento engañado

Resulta que aún no está claro quién fue el ganador oficial del pasado Tour, cuando ya quitan de en medio al que iba líder en éste. El ciclismo se va convirtiendo en algo incierto, y eso es malo. Es malo que uno se acostumbre a esperar al día siguiente o a unos días después para saber con certeza si ese que dejó tirados a todos los demás subiendo una cuesta de cinco kilómetros con pendientes de hasta el doce por ciento, fue realmente el ganador de la etapa. Si el ganador es el mismo que en la tele pareció entrar el primero.

No sé en qué consiste el doping realmente, ni qué efectos pueden tener los diferentes tipos de dopaje. No sé si con inyectarse una determinada sustancia, la respuesta muscular es tal que un segundón puede adelantar en la línea de meta a una figura. Porque si no es así, si el dopaje tan sólo consigue un plus relativamente pequeño de ayuda en el esfuerzo (pongamos un diez por ciento), y teniendo en cuenta que más o menos todos los equipos y todos los ciclistas aceptarán hacer las mismas cosas, no veo dónde está el problema.

¿Es porque nos engañan? A mí, no, desde luego. Yo les veo subir esas cuestas y me parece evidente que son unas verdaderas máquinas, con o sin esteroides.

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